Escribo cuando no estoy escribiendo; lo que casi todo el mundo llama escribir es sólo un acto mecánico, la culminación física de una actividad abstracta e incesante, como la diferencia que hay entre el amor que se siente por alguien y lo tangible de los cuerpos, como la distancia que hay entre una mirada y una caricia. Las palabras son las nubes y la lluvia, escribir es sacar la mano por la ventana para ver si llueve y cuánto llueve, un libro es una mano mojada por la lluvia. Es sólo una metáfora de las muchas posibles.
La escritura es, al menos para mí, una ensoñación psicosomática, una relectura de las formas del pensamiento que encubre el propio pensamiento, del mismo modo que una melodía o un perfume puede albergar un recuerdo, como una piscina abandonada en pleno invierno es una posibilidad de cielo, escribir es como abrir el armario de una persona que quieres y que ha muerto, es como amar el desorden de los bosques o de las camas sin hacer.
La literatura está en todas partes. Suelo encontrarla en el silencio, ella es el silencio de los que están hablando a solas. Qué otra cosa es leer, sino hablar a solas; como siempre, el que más habla es el que escucha.
«escribir es como abrir el armario de una persona que quieres y que ha muerto»…ese es el motivo por el que nació mi blog hace casi un año. Perfecta frase que dice y encierra tanto…Besos.
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Gracias por el comentario, Elia. Anoche me dejé llevar por la aliteración y los recuerdos.
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Enhorabuena. Fantástica entrada. Llevas mojadas tus manos de lirismo, Tu escritura va lastrada de literatura íntima, veraz, y muy viva.
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Muchísimas gracias por el comentario, Letraherida, me ha emocionado de veras; sobre todo, al provenir de una lectora tan exquisita.
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