Estoy inevitablemente triste, mi compañero de aventuras de los últimos siete años ha decidido que era hora de descansar, ha roto el cable del disco duro que lo unía a la vida. No resistió los envistes de mi escritura, golpeaba tan fuerte sus teclas que terminó por caer exhausto, como esos boxeadores que han dado todo lo que tenían en el ring y terminan cayendo por K.O. besando la lona ensangrentados o como las hojas secas del otoño que caen empujadas por el viento. Ha estado en tantas ciudades y en tantos países, ha escrito conmigo de todo, lo que menos le gustaban eran los trabajos para la universidad, se rebelaba, yo le prometía un relato o poema venidero para aplacar sus furias cibernéticas. Estoy triste porque lo recuerdo feliz a mi lado. Ha disfrutado conmigo traduciendo a Heine y a Rilke, insomne, con la memoria RAM al límite, suplicándome un reinicio mientras me preparaba los cafés. Ha pasado tantos controles de aeropuerto, los dos pasando miedo de verlo en la bandeja, como si fuera uno cualquiera. Nunca serás uno cualquiera. Compañero de aventuras con la ene y el espacio gastados, te echaré de menos. Qué paradójica ha sido tu vida, ahora que empezabas a sentirte más útil que nunca, que presumías y sacabas tecla -en lugar de pecho- de cada lectura. Mi tintero… te has ido como nos iremos todos algún día, con esa interrogación clavada en la mirada que es una existencia que termina.
Siempre serás el tintero para mí, hoy que te has desmemoriado y de ti no queda nada más que un cuerpo de metal y plástico. Ninguna copia de seguridad podrá reemplazar tus arañazos o sentir tu peso exacto camino del trabajo en la cartera de cuero. Yo sé que no estás en tu carcasa, sino en mi corazón, sé que sabes que lo he intentado todo, que tendrás un sitio de honor en mi biblioteca al lado de los libros de Cercas y Dostoievski, entre Borges y Tolstoi, junto a Bécquer y tu amado Isaac Asimov.
Quién nos lo iba a decir, te has ido sin avisar. Me has dado una gran lección, amigo, compañero de aventuras.
Descansa en paz, te lo mereces.
Mi más sentido pésame… ánimo, debes de ser fuerte, la vida continúa.
D.E.P.
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Vaya guasa gaditana también.
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Grande, grande Fer!
Me has hecho sentir igual que cuando alguno de mis PCs dijeron … hasta aquí!
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Da mucha pena, le acabas cogiendo cariño. Muchos años traduciendo y escribiendo juntos.
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Que grande jajajaja
Puedo entenderte
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Lo he conseguido resucitar hoy sacando el disco duro y poniéndole un cable sata a usb… estoy preparando. ¡Este muerto está muy vivo!
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