Cuenta la bibliografía que Rilke dejó en una mesilla a Lou Andreas-Salomé la siguiente nota, y que luego, pasados los años, él la incluyó en su poemario El libro de horas (Das Stunden-buch) como un poema dentro del primer ciclo de los tres libros que lo conforman y que dice así:
Apágame los ojos: puedo verte;
tápame los oídos: puedo oírte,
y puedo ir hasta ti sin pies,
y hasta sin boca puedo yo jurarte.
Arráncame los brazos, te asiré
yo con mi corazón como con una mano,
retén mi corazón, latirá mi cerebro,
y si arrojas el fuego a mi cerebro,
entonces yo te llevaré en mi sangre.
(Rainer Maria Rilke, entre el verano y el otoño de 1899, traducción de un servidor)
El texto original en alemán dice así:
Lösch mir die Augen aus: ich kann dich sehn,
wirf mir die Ohren zu: ich kann dich hören,
und ohne Füße kann ich zu dir gehn,
und ohne Mund noch kann ich dich beschwören.
Brich mir die Arme ab, ich fasse dich
mit meinem Herzen wie mit einer Hand,
halt mir das Herz zu, und mein Hirn wird schlagen,
und wirfst du in mein Hirn den Brand,
so werd ich dich auf meinem Blute tragen.
¡Amor!
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Amor rilkiano, imagínate…
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Wow, con lo difícil que resulta desentrañar poemas. Pero suena genial
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Desentrañar poemas es lo más acertado para definir lo que es la traducción poética. Muchas gracias por el comentario, Úrsula.
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Gracias Fer!
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muy buenos, no los conocía. gracias
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Gracias a ti por leer y por comentar.
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