«Creemos en la vida eterna», así grita la tragedia; mientras la música es la idea inmediata de esa vida. Otro objetivo muy distinto tiene el arte del escultor: aquí Apolo supera el sufrimiento del individuo mediante la luminosa glorificación de la eternidad de la apariencia, aquí vence la belleza sobre el sufrimiento inherente a la vida, el dolor se falsea en cierto sentido de los rasgos de la naturaleza.
En relación a los pretextos, en los que la grandiosa música dionisíaca se presenta aplicada como un caso concreto de imagen parabólica, se podría decir que existe lo significativo y lo menos significativo, y que ello mismo es el más excelente de los mitos, y que, en especial, lo es el mito trágico. Lo trágico no se puede desviar del todo de la esencia del arte como el de hermosa apariencia, solo a través de la música se puede llegar a entender la alegría de la destrucción del individuo. «Creemos en la vida eterna», grita la tragedia, mientras la música es la idea inmediata de esa vida.
Apolo supera en el arte plástico el sufrimiento del individuo mediante la glorificación de la eternidad de la apariencia, mientras lo dionisíaco celebra la eterna fuga de las apariencias.
[Marginalien zu Nietzsche, Über Dichtung und Kunst, edición de H. Engelhardt, 1974, Suhrkamp, traducción de un servidor]
INTERESANTE
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Muchas gracias por el comentario y la lectura, Pippobunorrotri. Rilke era un gran lector.
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