El significado de las palabras

Las palabras pierden una parte de su significado cada vez que alguien las utiliza de un modo fraudulento e inicuo. Cuando ocurre, la palabra parece seguir ahí, intacta, ilesa y prístina en su forma; sin embargo, el significado se ha confiscado, ha desaparecido la referencia de su sentido primigenio. La palabra es entonces una casa vacía tras un embargo de bienes, la forma que dejó en la pared un cuadro descolgado, las playas desiertas del catálogo de una agencia de viajes, madera apilada en lugar de bosque.

El significado de las palabras hace posible referirse a la realidad: la expresión, la existencia. Como la realidad es distinta para cada persona, las palabras no significan lo mismo para todo el mundo. Alguien que haya vivido una guerra y hable de la guerra, conoce mejor lo que significa la palabra. Los amantes deducen mejor el significado de la palabra amor. Quien ha sido padre quizá sepa mejor lo que significa la palabra hijo y el abuelo lo que significa la palabra nieto. La lista podría ser interminable porque las palabras, como el tiempo, son interminables.

El significado de las palabras no puede tomarse a la ligera, porque quien confisca su significado comete algo parecido a un secuestro de la realidad; la frontera entre la realidad y la ficción, entre la verdad y la mentira, se disipa y lo que deja de existir, lo que se secuestra, no es solo el significado de las palabras sino lo que las palabras significan.

Manuel Chaves Nogales, uno de los mejores escritores españoles del siglo pasado, huyó en 1939 de Madrid a París y de París a Londres en 1940, su mujer y sus tres hijos regresaron a España. Él murió en Londres cuatro años después de cáncer de estómago. Quien conozca un poco de historia europea, puede intuir de lo que huía: es lo que quiere decir la palabra exilio.

Las palabras son, siempre, las que quieren decir algo.

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