Se marcha de ti, de todos y desaparece tan sólo para dejar su rastro, entonces ya no te contiene y eres sólo su vaso de sombra. Ayer en aquella hilera de luces de un enorme edificio encendidas contra la noche mientras ibas camino a casa. ¿Cuántas casas ya, cuántas veces empezar de nuevo? Ayer ya no estaba, no regresará la tarde, la lentitud, las horas bajo el flexo y un cuaderno de líneas, las primeras veces de todo.
Nunca somos nosotros. Siempre es demasiado pronto o demasiado tarde, o falta o sobra el tiempo, o falta o sobra alguien.
3 comentarios en “La tarde”
Los comentarios están cerrados.
Como un buen expresso, calidad condensada en un espacio breve.
Me gustaMe gusta
Muy bueno
Me gustaMe gusta
Te queda el viaje interior… ¡Recuérdalo!
Me gustaMe gusta