Al conducir en los días de lluvia volviendo de la capital, cuando el horizonte y el techo gris del cielo ofrecen cortinas lejanas hechas como de llanto de dioses -eso quiere pensar ella- o sombras gigantescas y nómadas, es cuando Laura se recuerda a sí misma. Veranos de soledad y lectura, libros y más libros, ventilador y persiana a medio bajar, noches sentada al margen de la autovía viendo pasar los coches. Todo aquello bastaba, el sabor de un chicle, el ruidoso camión de la basura con sus urgentes sirenas luminosas a lo lejos, una vecina gorda y nocturna que bajaba a pasear al perro, hombres intempestivos y descamisados a los que rodeaba el pecado como lo hacía el humo del cigarro que fumaban.
Poco o nada aparte de aquellos recuerdos desdibujados en su memoria quedaba de aquellos días, ¿había sido aquello su vida? Ahora todo era rutina, una rutina que extraña se había ido instalando en su vida: trabajo, facturas y sexo. Era feliz, feliz como una modelo del Cosmopolitan, feliz como alguien que habla de sí mismo ante los demás dando detalles y pronunciando días de la semana, feliz como un taxista calvo engañando el precio de la carrera a una guiri.
Recordar para Laura era olvidarse, ella era la lluvia.
Me ha gustado mucho. Sigue escribiendo para leerte (y verte).
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Ufff es un relato bastante perturbador. Me encanta la forma que tienes que dejarnos ser Laura durante unos instantes; la manera en que lo narras me ha hecho sentirme cercana, como si fuese Laura y estuviese apreciando mi vida desde otro prisma.
Desgarrador y hermoso al mismo tiempo…me ha dejado sin aliento la última frase: «recordar para Laura era olvidarse, ella era la lluvia» precioso
Sigue así 😀
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Gracias por dejar tu opinión y por la generosidad de tus adjetivos.
Tú tampoco dejes de escribir. «Dale duro a esa cosa» que diría Bukowski.
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Siempre tus relatos enganchan a leerlos,jodio.
Este me ha gustado mucho,como todas las locuras que suelen pasarte por la cabeza.
Cortinas lejanas hechas como de llanto de dioses…una frase interesante,eso de estar leyendo la Iliada me está empezando a afectar un poco.
Eres grande,Fer.
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