La misma noche

Le gustaría arrancar las noches y entregárselas, ponerlas bajo sus ojos, del mismo modo que otros hombres entregaron flores, antes de que nacieran él y ella, a otras mujeres.

O siquiera encontrar unas pocas palabras dignas ante lo que siente. Algo que dijera la verdad como jamás antes, algo que expresara lo que dejas dentro de él, un espejo donde se reflejasen sus almas, algo que dibujara de forma fidedigna lo increíble que parece el mundo cuando todo se queda a solas.
A veces cuando ella le pregunta en qué piensa, en realidad os mira desde lejos, atravesando las ciudades en coche, caminando una calle o abrazados. Como si alejándote de su propia mirada todo fuese más cierto.
Y es que ella llevaba razón, debería ser siempre de noche. Al menos, pensaba él, si ellos estaban juntos.
A partir de aquellas palabras, eran las noches ya la misma noche.

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