«Where is your heart?
Where is your heart gone to?
Tear me apart
Tear me apart from you
You laugh the light I cry the wound
In gray afternoons «
B. Corgan
No he aprendido todavía a no soñar contigo, y me pregunto cada vez que regreso de un sueño por qué lo hago, después de tanto tiempo, de que hayan cambiado tantas cosas en mi día a día, de haber hecho espacio dentro de mí para tantas otras cosas que ya no llevan tu nombre, y me sorprende y me enorgullece haber asumido, más por el esfuerzo que han conllevado y que he tenido que hacer conmigo mismo, que con el hecho en sí de tener que desaparecerlas conscientemente dentro de mí. A lo mejor ellas siguen dentro de mí, como barcos hundidos, pueblos fantasmas o carreteras antiguas que ya no llevan a ninguna parte.
Freud decía que los olvidos tienen en el fondo la misma naturaleza de expresión que los deseos, son una expresión inconsciente de la voluntad. Pero los sueños, los sueños interminables que habito a tu lado, llenos de miedo y de indefensión, no entiendo lo que pretenden. Parecen decirme: Recuerda que eres vulnerable, hay una parte de ti que jamás podrás controlar.
Quizás por eso vengo aquí a destruirlos, a destruirlos fuera de mí con las palabras, como una piedra que se arroja lejos, para que caiga en el fondo de un lago, o en el fondo del mar. No tengo otro remedio, pues he descubierto que por muchas horas que pase a oscuras escuchando música, por muchas noches que trate de huir de mí mismo diluyendo los problemas en compañía de nadie, por muchas personas con las que hable, nadie puede decirme la verdad mejor que yo mismo, nadie conoce la versión tan de cerca como yo. Sólo yo tengo la respuesta, pues sólo yo conozco las preguntas que escribieron primero el abandono y luego la tristeza dentro de mí.
Sé que soy capaz de elevarme por encima de todo esto, de pensar mucho más allá de mí, de golpear las teclas del alfabeto con tanta fuerza interior que rompan el aire que las contiene al pronunciarlas. Lo extraño, es seguir preguntándome por qué hice las cosas que hice, por qué las llevé a tal término, por qué soporté que alguien tratase de robarme lo único que soy y que puedo ser mientras me quede un segundo de vida. Y no fue culpa tuya, pues toda la responsabilidad de lo que hacemos recae únicamente en nosotros mismos. A base de ser otra persona, me convertí en alguien que no era.
Ya sólo cabes en mis sueños.