Sabes
que
has
cumplido los treinta
cuando eres el que escucha
a los borrachos que llaman de madrugada
desde dentro de la casa.
Cuando la caja de ahorros te manda una felicitación
firmada a bolígrafo
para fidelizar tu sueldo temporal
de media jor-
nada.
Cuando te importa el perro que ladra solo
y llora por las mañanas
en el edificio colindante.
Sabes
que
has
cumplido los treinta
cuando tienes una tarjeta que no te pertenece
(lo pone en la tarjeta)
con la que recaudas puntos
con cada compra
en determinados establecimientos
a los que vas para recaudar más puntos
y poder canjearlos
algún día
en esos determinados establecimientos
a cambio
saben todo lo que compras
hasta la hora y el sitio
y te mandan
cartas a casa con cupones
que multiplican por diez los puntos
de tu próxima compra
y te llegan correos electrónicos que la bandeja de entrada
detecta como Promociones
y sientes
la tranquilidad de sentirte engañado voluntariamente
como por un trilero
la certeza de que el mundo
es solo una de esas cartas y correos automáticos
en los que cabe tu nombre
y mañana será siempre jueves
o martes.
Sabes
que
has
cumplido los treinta
cuando pasas las noches viendo lecturas de Bukowski
hasta las tantas
y ya no quedan vídeos de él
en todo Internet
que no hayas visto
y tienes que escribir otro poema
para seguir estando vivo de algún modo.
Sabes
que
has
cumplido los treinta
cuando no te importa
haber
cumplido
los treinta.
que bonitooo…
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