Y en las noches que siento
tanta palabra amontonada,
veo morirme el doble de mí mismo
como alguien que se marcha o que regresa,
que huye o vuelve hasta quedarse solo.
Y es como el escucharse tras un nombre
y es una voz que no nos pertenece
y un alfabeto hecho de letras negras.
Y queda siempre todo por decirse.
Muy bueno Fernando. Un abrazo
Me gustaMe gusta
Gracias por pasarte a leer, Rafa. Otro abrazo para ti.
Me gustaMe gusta
Ni siquiera «morirse el doble de mí mismo», sino «morirme». Punto de fuga del poema…lo que viene siendo un hallazgo poético. Enhorabuena.
Brach
Alex
Me gustaMe gusta
Has dado en el centro de la diana de la corrección que hice del verso, pues el original era: «Me veo morir el doble de mí mismo». Me parecía demasiado sin más, que diría Berna. Y lo cambié por el verso agramatical que bien has sabido ver.
Y es que el verse morir, es un verme morir en todos.
Gracias por tu comentario, Álex 🙂
Me gustaMe gusta
Es que es un hallazgo en toda regla. Esos versos no vienen todos los días. Ahí queda eso, como diría un castizo.
Brach
Alex
Me gustaMe gusta