Pavese

Estoy en España, parece increíble que haya quedado al fin atrás el tiempo en Alemania. Volver definitivamente después de este tiempo es una sensación interiormente extraña, ni positiva, ni negativa, simplemente extraño, como despertar de un sueño.
Tampoco están siendo días fáciles, y lo dejo ahí, porque no tengo fuerzas ni ánimo para asomarme a lo que siento dentro, pues ya se asoma sólo por mi cuerpo.
Dejo un poema de Cesare Pavese, me he quedado de piedra al leer que se suicidó un 27 de Agosto víctima de varias crisis depresivas, eso sí 34 años de que yo naciera.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos  
esta muerte que nos acompaña 
 desde el alba a la noche, insomne,  sorda, 
como un viejo remordimiento  o un absurdo defecto. 
Tus ojos  serán una palabra inútil,  
un grito callado, un silencio. 
 Así los ves cada mañana  
cuando sola te inclinas  ante el espejo. 
Oh, amada esperanza,  aquel día sabremos, también,  
que eres la vida y eres la nada.  
 Para todos tiene la muerte una mirada.  
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.  
Será como dejar un vicio,  
como ver en el espejo  
asomar un rostro muerto,  
como escuchar un labio ya cerrado.  
Mudos, descenderemos al abismo.
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