El pintor hablaba en la televisión de romper convenciones mientras sus cuadros eran expuestos en Nueva York, aún frescos. Podía verse transcurrido el tiempo sobre su inmensa calva y sus ojeras de haber bebido la noche anterior en charlatana compañía, su pantalón guardaba esa dejadez arrugada, tan artística, de cama de hotel de cuatro o … Sigue leyendo Líricas de pastel (I)