El pasado domingo me despedía de mi hermana en el aeropuerto de Núremberg y, para qué negarlo, la única manera que encontré de sacudirme el desconsuelo de nuestra despedida era tratar de encontrar una novela. Mientras esperaba a que llegara el tren regional, una vez que ya estaba en la estación central de la ciudad, entré … Sigue leyendo Los trenes y el destino azaroso de los libros